La película «Cónclave» es una recomendación imprescindible para disfrutar en casa, sumergiéndose en un thriller político magistralmente dirigido y narrado. La trama se centra en la inesperada muerte del Papa, que lleva a Lawrence a liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección del Sumo Pontífice. A través de un cónclave, se revelarán posibles conspiraciones que sacudirán los cimientos de la iglesia tal como se conoce.
La dirección de Fontaine en esta película es excepcional, transportando a los espectadores a las aulas gélidas de mármol donde se desarrolla la intriga. El frío y la angustia son palpables, creando una atmósfera envolvente que mantiene un ritmo frenético, recordando la brillantez de la obra previa de Edward Berger, «Sin Novedad en el Frente». Ralph Fiennes interpreta a un personaje ansioso y enigmático, cuyo comportamiento nervioso evoca a personajes literarios icónicos como Raskolnikov de «Crimen y Castigo».
En medio de sus acciones apresuradas, Fiennes da pistas sobre el rumbo que tomará la historia. Con la muerte del Siervo de los Siervos de Dios, se desencadena una sucesión de títulos en el Colegio Cardenalicio, envuelta en secretos susurrados y pasillos llenos de intrigas. La partitura de Volker Bertelmann acompaña la trama de forma magistral, creando una sensación de aceleración imparable que refleja la incertidumbre y la tensión que impera en el cónclave.
La película plantea un escenario inquietante, sugiriendo la posibilidad de una guerra religiosa inminente en un mundo convulso. Los clérigos candidatos a liderar la iglesia católica parecen estar llenos de oscuridad y ambición, reflejado en la persistente fumata negra que se alza. El filme se desenvuelve como un intrigante thriller político, presentando de manera inquietante los posibles destinos de la iglesia en un momento de incertidumbre tras el anuncio sobre la salud del vicario de Cristo.
A pesar de las comparaciones irónicas con «Mean Girls», la película trasciende la mera chismografía para adentrarse en un terreno de intrigas y traiciones que amenazan con desestabilizar los cimientos de una institución milenaria. «Cónclave» se erige como un reflejo oscuro y perturbador de los conflictos internos y externos que sacuden a la iglesia, ofreciendo una visión inquietante y cautivadora de un mundo en crisis.
En resumen, «Cónclave» es una película que no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión sobre el poder, la corrupción y la fe en tiempos turbulentos. Su narrativa envolvente y sus interpretaciones magistrales la convierten en una obra cinematográfica indispensable para los amantes del cine de calidad y las historias que desafían los límites de lo conocido.
