Clarita Brugada y Claudia Sheinbaum: Dos estilos divergentes en Morena
En el ámbito político de Morena, la distancia entre Clarita Brugada y Claudia Sheinbaum es cada vez más evidente. Mientras Sheinbaum se enorgullece de ser de «territorio», Brugada prioriza el contacto directo con la gente sobre el trabajo de oficina. Esta disparidad de enfoques ha generado un debate sobre cuál es la estrategia más efectiva para gobernar la Ciudad de México.
La arenga de «menos escritorio y más territorio» de Brugada no es simplemente una pose, sino un reflejo de su experiencia como experta en movilización social. Ha dejado claro que esta será la estrategia que marcará su gestión en la capital del país. Aunque públicamente ambas niegan tener diferencias, es evidente que sus perspectivas y prioridades son distintas.
Sheinbaum, con un enfoque más científico, tiende a ser rígida e intransigente en la toma de decisiones, mientras que Brugada es más conciliadora y busca establecer puentes con la oposición a través de los alcaldes de la alianza. La científica revisa resultados y privilegia la operación política, mientras que la líder social se enfoca en generar cercanía con la ciudadanía.
A pesar de sus estilos divergentes, ambas comparten la característica de ser sectarias y aplicar la premisa de «o estás conmigo, o estás contra mí», lo cual ha generado divisiones internas y ha forzado a los liderazgos a tomar partido. Sin embargo, la estrategia de Brugada de acercarse a la ciudadanía ha sido bien recibida por muchos, a pesar de que algunos cuestionan la viabilidad de sus promesas.
La funcionaria regresa de sus recorridos con un sinfín de peticiones que su equipo no puede atender de manera eficiente. La velocidad con la que capta demandas contrasta con la capacidad de respuesta, lo que ha generado tensiones entre sus colaboradores. Aunque algunos de ellos preferirían una estrategia más centrada en el trabajo de escritorio, Brugada sigue apostando por su enfoque de movilización social.
En cuanto a la Ley del Infonavit, que permitirá al gobierno tomar los ahorros de más de 70 millones de mexicanos para invertir en vivienda popular, ha generado preocupación entre los trabajadores del país. La 4T ha demostrado cierta inexperiencia en temas económicos, lo que ha llevado a costosas obras sin resultados tangibles y un aumento en la deuda externa. La falta de transparencia en la gestión de los recursos ha despertado la indignación de la oposición, que critica la falta de rendición de cuentas.
A pesar de las diferencias entre Brugada y Sheinbaum, ambas comparten el desafío de gobernar en un entorno político complejo y cambiante. Su capacidad para adaptarse a las demandas de la ciudadanía y gestionar eficazmente los recursos será crucial para el éxito de sus respectivas administraciones. Mientras tanto, los capitalinos observan de cerca las decisiones de sus autoridades y esperan que se aborden de manera efectiva los desafíos que enfrenta la Ciudad de México.